En mi Blog pasado expuse algunas experiencias emprendedoras que ha llevado acabo el movimiento universitario en algunas partes del mundo. Ahora me gustaría discutamos las características que hicieron grande al movimiento universitario en la historia de Chile, sus lideres y sus anhelos.
Lo primero que me apasiona es entender la bonita tarea que tenemos los estudiantes hoy, rediseñar el movimiento universitario, devolverle el prestigio que significaba hace algunos años ser líder de las universidades, por el infitinito poder de invención de país, que aquellos lideres comprendían que tenían. Para este rediseño creo importante mirar hacia atrás.
En esta locura de comprender el movimiento universitario, he tenido que estudiar su historia, pasando de leer a los movimientos reformistas hasta los movimientos gremialistas. He observado a estos movimientos no desde la posición que tengamos en relación a ellos, sino desde comprender el importante legado histórico que ellos nos entregan. Por un lado, mas contemporáneos, he leído un libro que me ha dejado con un gran espíritu de lo que significa el movimiento estudiantil para la construcción de país, específicamente el rol que jugaba la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Este libro publicado por ex dirigentes se llama "Conversaciones con la Fech" editado en el año 1987 por Ricardo Brodsky (ex embajador de Chile en Bélgica) y primer secretario general de la Fech después de su reconstrucción. También en este libro hablan destacados ex dirigentes como es el caso de Carolina Tohá actual diputada y ex vicepresidenta de la Fech.
Otro destacado dirigente fue Jaime Andrade actual subsecretario del Mideplan, quien participo en la Fech entre los años 1983 a 1986, en su plena rearticulación. Otro destacado dirigente que aparece en el libro es Yerko Ljubetic, Subsecretario del Trabajo, quien presidio la Fech en el año 1984 y anteriormente fue Presidente del Centro de alumnos de la escuela de Derecho de la misma universidad. O el escritor Gonzalo Rovina, dirigente Fech entre 1983 a 1987.
Todos ellos y muchos más, los une un sentido común. Después de haber liderado el movimiento en universitario en Chile alrededor de una década, sus liderazgo necesariamente se proyectaron hacia la vida publica, heredando así de aquellos movimiento juveniles, a los actuales lideres del país.
Las federaciones sin duda eran comprendidas por sus lideres, no solo como un espacio de representación interna, sino como un infinito espacio para liderar el país, para lanzar preguntas a todos los chilenos, para discutir sobre el futuro de la nación. Yo diría que aquellos lideres tenían algo que hoy nos falta, "entender que la responsabilidad de ser dirigente universitario, trasciende las puertas de la universidad."
Hoy por hoy escucho a los estudiantes decir con desgano que el movimiento universitario esta desgastado y que la juventud vive en una desilusión colectiva con respecto a su trascendencia. Nosotros mismos hemos dejado de creer que realmente nos jugamos algo importante con nuestro compromiso y caemos en acortar la mirada solo a nuestra universidad que nos compete representar, caemos en el show como único aglutinador de la vida universitaria dejando atrás, como leí en el libro, a las calurosas noches de Silvio y Violeta en la universidad. Caemos en el me recordaran por hacer grandes eventos, dejando de creer en devolverle una épica amorosa al rol dirigencial.
No caigamos en la nostalgia del pasado, ni en la resignación del futuro. Inventemos un movimiento universitario que su principal objetivo sea preparar a la juventud emocionalmente para enfrentar el país que nos tocara gobernar. Sin duda en este emprendimiento debe estar la innovación un escalón mas arriba que la tradición.
Debe haber en nosotros un sentido de trascendencia histórica, por un lado de angustia con Chile, pero una angustia no paralizante, no solo denunciante, sino una verdadera angustia amorosa, con el país que nos duele y el pesado del cual nos haremos cargo. Las federaciones son un terreno fértil para regalar al país este nuevo estilo de liderar.
El movimiento estudiantil se puede transformar en un caja de resonancia de lo que será el país en algunos años mas, podemos alertar al país de las conversaciones necesarias que el futuro nos trae. Los lideres universitarios, como lo hicieron aquellos que presente, deben poner una Urgencia con el Futuro, plantear una discusión sana sobre los cambios en el mundo del trabajo y los rediseños que eso implica en la educación. Esa discusión es mas que una discusión legal o normativa sobre las universidades, sino que es una conversación que pasa por una transformación cultural.
Sin duda, en el caso de la Universidad de Chile sobre todo, la universidad era comprendida como un espacio de invención de ideas y desafíos para el país, por lo tanto de ahí el prestigio que descansaba en aquellos dirigentes, que entendían su rol, como imprescindible para el avance del país.
Entendamos a nuestras universidades como eso y mucho mas, transformando la desilusión colectiva en angustia amorosa, pero esa no es solo pega de los académicos, ni de las autoridades, es pega de todos y por sobre todos de nosotros los estudiantes.
Quiero poner una frase de la carta de Vicente Huidobro a la Federación de Estudiantes Universitarios en 1925.
"Un país tal que el pueblo ha llegado a perder el sentido de la palabra patria y no sabe por qué debe amar su tierra.
Nuestro deber es resucitar este Lázaro, aún recién muerto, antes de que ya, podrido, tengamos que ir a buscar sus parcelas en el vientre de los gusanos.
Hagamos un país hermoso y próspero para dejarlo a nuestros hijos y que no se vean obligados a huir de estos parajes como de una tierra maldita."

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