Luego de todo el conflicto generado por el llamado a Cabildo en la ciudad de Arica, ayer la Corporación de Desarrollo llamo a las jornadas ciudadanas "Construyendo nuestra nueva Región". Este Lunes viajaran a Santiago el Presidente de la Corporación, junto con el presidente de la Comisión Arica Región, donde visitaran La Moneda.
Yo soy de los que creo en el proyecto Arica Región, pero no puedo dejar de manifestar un gran miedo, no solo con el proyecto Arica Región, sino con la tradición histórica de mi ciudad.
Las leyes Arica I, II, III...etc. generaron altas expectativas para la ciudad, el animo de la gente se subió por las nubes, firmando solo una ley la ciudad se iría donde siempre le correspondió estar. Luego de un tiempo el taxista, el profesor, el diarero, el mozo y el dueño del café volvió a decir “me engañaron”, “nada de esto me beneficio”, “y aquí sigo esperando”. Clima general de la ciudad que pide “ojala que las autoridades del gobierno central nos escuchen”. Escuche decir incluso, a mi profesora, “Yo no voto por el gobierno para las municipales, porque un Alcalde del otro lado puede patalear mejor y conseguir mas cosas para la ciudad” luego de un tiempo vuelvo a hablar con ella y me dice “parece que la cague”. Para llevarlo al plano nacional, podemos escuchar hace un tiempo, cuando el gobierno no tenia la mejor evaluación como hoy: “Y cuando va a llegar la alegría”, “Me da lo mismo un gobierno democrático o no”, “Yo tengo que trabajar igual”
Largo tiempo he pensado y repesando que genera este ciclo interminable de esperanza y decepción, de confianza y enojo. Hasta que un día leyendo el Libro de Pablo Neruda “Confieso que he vivido”, llegue a una frase que me aclaro por sí sola.
Mientras Neruda era pre-candidato presidencial por su Partido Comunista, reflexiono: “Me estaba entusiasmando. Cada vez asistía mas gente a mis concentraciones, cada vez acudían mas mujeres. Con fascinación y terror comencé a pensar que iba a hacer yo si salía elegido Presidente de la república mas chúcara, mas dramáticamente insoluble y la más ingrata. Los presidentes eran aclamados durante el primer mes y martirizados, con o sin justicia, los cinco y once meses restantes.” Es así como Neruda muestra lo que yo llamo la “disconformidad disconforme”.
Cuando pienso en el proyecto Arica Región, pienso en esta república ingrata como dice Neruda. Esta república que al cabo de un mes dirá “fue lo mismo de siempre”. Una ciudad que se deja querer hasta caer en un enojo crónico. Espero me entiendan lo que quiero decir: somos una ciudad con esa inestabilidad de ánimos, porque nos ponemos expectativas mentirosas.
El proyecto Arica Región merece de esta transformación cultural, de lo contrario no estaremos viendo las oportunidades que nos trae, nos hará daño este animo crónico que nos mata la capacidad de sonar y comprometernos. Si no aprendemos a mejorar la relación ciudadano-gobernante, expectativas-capacidad, nunca nos sentiremos orgullosos de ser Ariqueños y nos abrumara el espíritu disconforme.
Yo soy de los que creo en un Arica Región, serio y maduro. En ningún caso creo que Arica Región es la “solución” para Arica, que se acabaran todos los problemas, y eso es algo que no solo deben comprender los formuladores del proyecto, sino también nosotros los ariqueños, eso nos dejara en paz con las expectativas y nos convocara a inventar mejor el futuro.